A quienes vivimos en edificios o en la ciudad nos hubiera encantado tener la oportunidad de pasar la cuarentena en una casa en medio del bosque, o cerca de la naturaleza. Quién no quisiera hoy apreciar el canto de las aves, el olor de las flores, el tocar un árbol viejo, o incluso solo observar con calma el movimiento de un río. 

COVID-19 nos ha mostrado lo indefensos y vulnerables que somos como sociedad, que la presión en los hábitats de animales silvestres o su caza indiscriminada tiene consecuencias nefastas, y que nuestras decisiones individuales deben considerar al conjunto, de lo contrario tendremos graves consecuencias. Pero el miedo no debe reinar, por el contrario, como muchos afectados, debemos reinventarnos como una gran familia que vive en una gran casa: el planeta.

Por eso, en medio de la pandemia desesperanzadora, en Conservación Amazónica-ACCA quisimos celebrar el Día de la Biodiversidad, los clásicos 22 de mayo, de manera diferente, involucrando a los próximos líderes que, sin duda, tendrán una conciencia ambiental mucho más elevada que las nuestras, y quienes heredarán la responsabilidad de manejar un planeta extremadamente vulnerable. Me refiero a nuestros hijos e hijas.

Todos los 9 de mayo se realiza el Global Big Day, un día especial para celebrar la diversidad de aves del mundo. Miles de birdwatchers se adentran en los bosques a tomar fotos de las aves que observan y registrar globalmente las nuevas especies. Ya que no pudimos tener el GBD este 2020 y que el Perú es el segundo país que más diversidad de aves registra en el mundo, organizamos un hermoso concurso de niños entre 5 y 12 años para motivarlos a observar las aves desde sus ventanas y dibujarlas, y los invitamos a imaginarse: “Si pudieras volar, ¿qué ave serías?, pidiéndoles que describan su ave y nos cuenten las razones de su elección. El resultado fue maravilloso.

Emma con 6 años, desde San Miguel, en Lima, nos muestra no solo su esfuerzo en aprender a pintar con definición en acuarela, sino que crea un ave que convierte a personas que dañan la selva en buenas, y cuyas plumas, al caer, pueden sanar animales enfermos.

Por su parte, Daniel, a sus 7 años descubrió una especie de ave en su imaginación: la cacatrúa. Esta singular criatura, que además se señala extinta, tiene plumas de muchos colores, debido a que se alimenta de pétalos de flores. Además, es un ave que da regalos a sus amigos y pide ayuda al pájaro carpintero cuando lo necesita.

Amazonas, con 11 años, desde el distrito de Huanchoc, en Cusco, tardó tres días en dibujar y pintar su impresionante cuadro de un mosquero real. Nos atrevemos a decir que le depara un gran éxito como artista, pero esperamos conserve y crezca su curiosidad por las aves. En su descripción señala que el ave puede contribuir a exterminar plagas de plantas. Aquí, no sabemos si ella lo sabe o no, pero resalta una de las importantes funciones ecológicas de nuestras aves de la Amazonía, cuya presencia es vital para el equilibrio del ecosistema.

Detrás de estas piezas de arte hay casos muy conmovedores: como la maestra que, más allá de la precariedad de la internet de los padres, nos envió los dibujos de sus alumnos; las madres abnegadas que a pesar de los interminables quehaceres junto con la “escuela en casa” y el “trabajo remoto” nos enviaron con emoción las fotos de sus pequeños; así como el padre orgulloso que por fin mostraba el aprendizaje transmitido a su hijo de las aves de su entorno o del arte en la pintura.

Los niños y niñas, en su mayoría, describían cómo se sentían, como si fueran aves en cautiverio. Algunos con un tono muy optimista, aunque otros mostraban su molestia por el encierro. También veían en el ave la cualidad que en el fondo les gustaba más de ellos mismos. Algunos describían sus recuerdos con el abuelo o su ciudad natal cuando observaron con asombro al ave elegida. Otros con un conocimiento biológico envidiable de las especies, en su mayoría de las comunidades de Madre de Dios, Cusco y Ancash. Pero todos con la ingenuidad y sinceridad que solo un niño o una niña tiene.

¿Serán birdwatchers mañana? ¿serán empresarios con conciencia ambiental en el futuro? ¿se convertirán en investigadores en nuestras estaciones biológicas de Wayqecha o Los Amigos? ¿serán artistas conservacionistas? ¿líderes políticos con visión de sostenibilidad? No lo sabemos. Pero sí aprendimos que en medio de la pandemia hay una agenda pendiente: la de promover el conocimiento y valoración de la biodiversidad en la formación integral de los niños. Y en esa agenda esperamos que tú te sumes, como programa regional, proyecto privado, Estado promotor, artista, profesor, periodista, tía o padre. ¿Si tu hijo o hija quisiera volar, hasta dónde lo ayudarías?

• Conoce más de las Estaciones Biológicas en www.conservacionamazonica.org

• Descubre los dibujos de los niños y sus descripciones visitando los álbumes en Facebook: www.facebook.com/conservacionamazonica/